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La metafísica (del latín metaphysica, y este del griego μετὰ [τὰ] φυσικά, «más allá de la naturaleza»)[1] es la rama de la filosofía que estudia la naturaleza, estructura, componentes y principios fundamentales de la realidad.[2][3][4] Esto incluye la clarificación e investigación de algunas de las nociones fundamentales con las que comprendemos el mundo, como entidad, ser, existencia, objeto, propiedad, relación, causalidad, tiempo y espacio. Junto con la lógica y la gnoseología, la metafísica es la rama más básica de la filosofía. Ha sido estudiada por filósofos como Platón, Aristóteles, Agustín, Boecio, Aquino, Leibniz, Locke, etc.[5]
Antes del advenimiento de la ciencia moderna, muchos de los problemas que hoy pertenecen a las ciencias naturales eran estudiados por la metafísica bajo el título de filosofía natural.[6][7] Hoy la metafísica estudia aspectos de la realidad que son inaccesibles a la investigación empírica. Según Immanuel Kant, las afirmaciones metafísicas no se pueden dar en juicios sintéticos a priori, lo que excluye que la metafísica pueda constituirse en ciencia positiva al estilo de la física o las matemáticas.[8] Esto dará lugar en el siglo XX a la lectura heideggeriana de la metafísica occidental como ontoteología y, por lo tanto, a la necesidad de repensar la cuestión del ser desde el origen mismo de los pensadores presocráticos. Aristóteles designó la metafísica como «ciencia primera».[9] En la química se asume la existencia de la materia y en la biología la existencia de la vida, pero ninguna de las dos ciencias define la materia o la vida; solo la metafísica suministra estas definiciones básicas.[10]
La ontología es la parte de la metafísica que se ocupa de investigar qué entidades existen y cuáles no, más allá de las apariencias.[11][12] La metafísica tiene dos temas principales: el primero es la ontología, que en palabras de Aristóteles es la ciencia que estudia al ser en cuanto tal. El segundo es la teleología, que estudia los fines como causa última de la realidad. Existe, sin embargo, un debate que sigue aún hoy sobre la definición del objeto de estudio de la metafísica, y sobre si sus enunciados tienen propiedades cognitivas.
Es difícil encontrar una definición adecuada de metafísica.[5] A lo largo de los siglos, muchos filósofos han sostenido de alguna manera u otra, que la metafísica es imposible.[13] Esta tesis tiene una versión fuerte y una versión débil.[13] La versión fuerte es que todas las afirmaciones metafísicas carecen de sentido o significado.[13] Esto depende por supuesto de una teoría del significado.[13] Ludwig Wittgenstein y los positivistas lógicos fueron defensores explícitos de esta posición. Por otra parte, la versión débil es que si bien las afirmaciones metafísicas poseen significado, es imposible saber cuáles son verdaderas y cuáles falsas, pues esto va más allá de las capacidades cognitivas del hombre.[13] Esta posición es la que sostuvieron, por ejemplo, David Hume e Immanuel Kant. Por otra parte, algunos filósofos han sostenido que el ser humano tiene una predisposición natural hacia la metafísica. Kant la calificó de «necesidad inevitable», y Arthur Schopenhauer incluso definió al ser humano como «animal metafísico».